Entrevista 2: Horacio Villalba, geólogo

“Hay mucho 'verde' que quiere eliminar las canteras para hacer especulación inmobiliaria”

El geólogo Horacio Villalba es políticamente incorrecto. Defensor de una actividad que repele casi todo Tandil, considera “extrema” la hostilidad al trabajo en las canteras y cuestiona a organizaciones ecologistas. El profesional critica, ataca y polemiza: “A los empresarios se les pega con un caño, como si fueran delincuentes. Pero acá hay falsos ecologistas, que persiguen negocios fabulosos”. Además, instala otra controversia: asegura que la “inseguridad jurídica” puede, como nunca antes, ahuyentar cuantiosas inversiones.

Es geólogo. Pero habla como asesor letrado; cual abogado del diablo, una etiqueta que prefiere no asumir, al menos públicamente. Cuando Tandil todo pone a los canteristas en el banquillo -y ellos ejercen su derecho a no declarar- Horacio Villalba rompe el histórico hermetismo en un reportaje a fondo, sin concesiones, con Acento Propio.

Su tarea como vocero de los acusados soporta avanzar cuesta arriba: no es para cualquiera justificar lo que para muchos vecinos resulta indefendible. Inteligente e intuitivo, Villaba no niega las obviedades: los barrenos dañan las sierras. Sí rechaza, sin embargo, la hostilidad extrema de la mayoría de los tandilenses.

A lo largo de la charla, tendrá un alegato de cabecera, que no abandonará: “A los mineros se les pega todos los días con un caño, como si fueran delincuentes. Pero lo que hacen es lícito”. El geólogo tiene sus propios acusados. Uno será el gobierno municipal, al que le reprochará su “nulo nivel de diálogo” y su trato “agresivo y áspero”: no escatimará en cuestionamientos al Estado por el polémico traslado fuera de la poligonal comprendida por las rutas 30, 74 y 226, y señalará que la política le esquiva a la cuestión de fondo.

“Nunca hubo una propuesta seria que incluya partidas monetarias, subsidios, cese de operaciones, ventajas impositivas e intervención de la Nación. La solución pasa por definir quién pone la plata, es decir, el cascabel al gato. Todos dicen que no en la charla de café, pero nadie quiere pagar el costo en los papeles”.

Pero Villaba también le apunta a otros supuestos responsables, todavía más controvertidos: operadores inmobiliarios encubiertos en ropas ecologistas. “Hay mucho verde, entre comillas, que en realidad persigue un fabuloso negocio inmobiliario, que en Tandil es extraordinario.”

“Catonni ya está condenado”

El especialista aportó su visión sobre el origen del conflicto, que -según él- tiene dos vertientes: una ambiental y otra de uso. “´Carba´, la firma más emblemática y que mayor volumen de extracción registra, nació hace 100 años. Su propietario es dueño de 475 hectáreas de sierra. Y le dicen que mañana se tiene que ir a Gardey. ¿Qué le dan a cambio? El problema deja de ser ambiental para transformarse en económico”, dijo.

Después fue todavía más allá: “Si al canterista le ofrecés, en forma concreta, una suma económica para que se vaya a otro lado, se va. No habría ningún tipo de problemas. Ellos están dispuestos a charlar, pero si les preguntás algo. Acá se les pega con un caño todo el día como si fueran delincuentes. No se ve que lo que hacen es lícito. No roban”. Para el geólogo, la dirigencia es responsable: “Nadie se quiere hacer cargo”.

Villaba también se refirió de un tema candente: “El Trincante”, la cantera ubicada en La Movediza, propiedad de Carlos Catonni, la primera que ya cuenta con el certificado de defunción, tanto por decisión provincial como por duros reveses judiciales. Uno de ellos el fallo de la Cámara de Apelaciones de Azul, que confirmó una sentencia en Primera Instancia que la obliga a cumplir estrictas normas de voladura. Para Villalba, el dictamen azuleño viola nomras existentes. “Existe una ley nacional de uso de explosivos que coloca al Registro Nacional de Armas (Renar) como único órgano de control de uso en la Argentina. El juez no puede opinar sobre las cargas”, disparó. “Catonni se siente el pato de la boda, ya está condenado”.

“Están cumpliendo con la mitigación”

-Miguel Lunghi llegó a la Intendencia con la consigna “ni una explosión más”. Él se fijó como objetivo el traslado…
-No se dice toda la verdad a la gente. Aquí hay un conflicto de usos, donde uno predomina sobre otro. Hay actividades históricamente asentadas en la ciudad. Por caso, “Metalúrgica Tandil”: te frena la expansión del desarrollo urbano, porque está ubicada en una zona que hace 50 años estaba a 1.000 metros de la población. Al caer la Piedra Movediza [1912], la gente se enteró de a poco porque estaba lejos y en el campo. Cuando avanza la edificación de viviendas, se genera este conflicto. La gente equivoca el punto de discusión: nadie pone en duda el daño paisajístico que produce una minera. Está legislado y estudiado en todo el mundo. Sería ingenuo si diría que no destruye el paisaje o no hace un agujero.Pero acá la variable ambiental para planificar el crecimiento nunca se tuvo en cuenta; no en Tandil, en el país. Primero llevan el barrio Arco Iris a la Ruta 226 y después llevan los servicios: no tienen cloacas. La infraestructura va atrás del crecimiento. Eso es lo que no hay que hacer.

-Habla de una actividad lícita, pero las canteras no cumplieron con los programas de mitigación según las inspecciones del Estado bonaerense…
-Esa es la versión municipal. El estudio de impacto ambiental se eleva a la Dirección Provincial de Minería, que luego lo deriva a la Secretaría de Política Ambiental. Se aprueba o no, y después vuelve a Minería para ser notificado al canterista. Se hace cada dos años. Carba, cuando se firmó el famoso Acuerdo Marco, presentó un plan de mitigación paisajística a 20 años. Está haciendo un escalón que es antieconómico.

-Pero todavía no culminó…
-Por supuesto, están haciendo un escalón en las sierras, es un proyecto a largo plazo que avanza.
-Ratifica que las mineras están cumpliendo con los planes de mitigación del daño…
-Sí. El problema es que el cumplimiento que según la Provincia resulta bueno o normal no coincide con las aspiraciones del Municipio.

“Quieren construir hasta las antenas”

-Usted denuncia la falta de una propuesta financiera concreta, con beneficios impositivos, subsidios… Pero la gente, sobre todo la militancia ecologista, no quiere que se le otorguen facilidades a quienes se enriquecieron con la degradación del patrimonio natural…
-Cuidado con el conflicto de intereses. No cambiemos las canteras por la especulación inmobiliaria. Hay mucho verde, entre comillas, que en realidad persigue un fabuloso negocio inmobiliario, que en Tandil ya es extraordinario. Quizás buscan construir hasta las antenas (en alusión a la cima de los cerros). ¿Quieren conservar las sierras para que la gente disfrute paseando, o sólo buscan cambiar un negocio por otro? Hay que diferenciar al ambientalista que pugna por las áreas intangibles del que sólo quiere virar el uso.

-¿No teme quedar parado como el abogado del diablo con estas declaraciones, a la luz de que existe un consenso general en contra de la destrucción de las sierras?
-No, sería un idiota si desconozco el daño ambiental. Simplemente digo que no se da toda la información. ¿Le preguntaron al vecino de Gardey si quiere que haya un polo minero en su localidad?

-¿Por qué los empresarios, salvo contadísimas excepciones, se esconden de los medios de comunicación?
-La mayoría es gente de trabajo que no sabe enfrentar a la prensa. Están muy mal mirados. Hay hijos de empresarios que tienen problemas cuando el entorno se entera que su padre tiene una cantera. A nadie le gusta ser tratado como un delincuente.

- ¿La extracción de piedra es hoy una oportunidad de enriquecimiento?
-Tuvo una muy buena rentabilidad, del orden de 8 por ciento, hasta hace un año. Luego se volvió aún más atractiva, gracias al auge de la construcción. ¿De dónde cree que saldrá la piedra para repavimentar la Ruta 30? Debemos pensar si queremos, en vez de hormigón, casas de madera o de goma. Hay un doble discurso…

“Hay muchos inversores atentos a lo que pase en Tandil”

Villalba asegura que el gobierno nacional tiene una postura mucho más liberal que la Provincia en temas mineros. Y tiene un argumento: sólo en 2007, se prevén inversiones que alcanzan los 18.000 millones de dólares. Para el licenciado, desde la Casa Rosada resguardan la seguridad jurídica.

-¿Cree que el traslado de las canteras fuera del casco urbano genera inseguridad jurídica?
-Sí, representa un avasallamiento legal y hay mucha gente atenta a lo que pase en Tandil. Entre ellos, Camargo Correa (la compañía brasileña que compró Loma Negra), que invirtió 400 millones de dólares en Barker.

-Según su visión, ¿lo que ocurra en Tandil puede ahuyentar inversiones?
-Por supuesto. Existe una visión discriminatoria para con un solo rubro, el minero, con respecto a lo ambiental en lo global. No es la misma la actitud de la Secretaría de Política Ambiental bonaerense con Tandil que con Olavarría.

-¿Qué opina sobre la creación de caminos turísticos para restringir el transporte de piedra en los accesos a las mineras?
-Prohibir el paso de los camiones es jurídicamente imposible, más allá del discurso político o la charla de café.

-¿Y el aumento de la tasa de extracción?
-Canteras como Carba, lograron en los 90 el beneficio de la estabilidad fiscal por 50 años. Le subieron los impuestos al 300 por ciento (por ordenanza). Bien, pagarán, pero inician automáticamente una acción judicial. Eso irá a juicio, y si la Municipalidad pierde, eso será costeado por los tandilenses.•

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